miércoles, 24 de agosto de 2011

LOS NAVAJO


reserva de los indios navajo
Los navajo se llaman a sí mismos "dineh", el pueblo. La palabra navajo proviene de un vocablo tewa "navahuu", que significa campo de cultivo en cauce seco.
Las crónicas de principios del siglo XVII distinguían a los navajo de los demás apaches por ser excelentes agricultores, pero en un principio invadían y saqueaban los asentamientos pueblo para robar ovejas y caballos como los demás apaches. Pronto desarrollaron una economía basada en la ganadería, la agricultura y los asaltos.

Cuando el gobierno de Estados Unidos se anexionó el territorio navajo en 1849, las bandas de guerreros y asaltantes suponían una temida amenaza. No estaban organizados en tribus, sino en comunidades y grupos familiares independientes. Durante muchos años el gobierno trató de detener los saqueos para que se establecieran los colonos pero la tensión continuó.
Durante la guerra civil norteamericana el gobierno quería mantener los territorios de Nuevo Méjico y Arizona para dejar abiertas las líneas de comunicación con California, pero necesitaba parar los asaltos de los apaches, sobre todo los mescalero y navajo. La En 1863 se le encargó al coronel Christopher Carson la misión de reunir a estos indios y trasladarlos a la nueva reserva del centroeste de Nuevo Méjico, por lo que envió a algunas bandas y jefes locales mensajes de que se fueran o los expulsarían.

La mayoría de los navajo, repartidos en pequeños grupos dispersos, nunca oyeron el mensaje. Carson mantuvo la táctica de quemar los poblados, destruyendo cultivos de maíz, huertos, hogans, pozos de agua y ganado. Más de 1000 personas murieron, fueron heridas o capturadas. Los navajo no tenían dónde esconderse ni qué comer.
En 1864 se habían rendido 8000 navajo y comenzó la "Larga Marcha", uno de los episodios más desoladores de su historia. Más del 10% de los cautivos murió en el camino hacia Fort Sumner. Fueron brutalmente tratados mientras recorrían a pie más de 500 kilómetros. No todos los navajo se unieron a la Larga Marcha, muchos fueron vendidos como esclavos, otros se escondieron en el Gran Cañón y otros se unieron a otros grupos.

hombre medicina navajo
Los que vivieron en Fort Sumner relataban su experiencia como una época de desesperación y privación. Había poca comida, no tenían mantas, la enfermedad y las epidemias eran constantes... Al estar confinados con sus enemigos tradicionales, los apaches mescalero, las tensiones eran múltiples. La sequía y la pobreza abocó al fracaso de la reserva. El horror de la Larga Marcha y el encarcelamiento en Fort Sumner siguen siendo hechos fundamentales en la historia y conciencia de esta raza.
Cuando los navajo pudieron regresar a su tierra, cinco años más tarde, volvieron a establecerse enseguida como ganaderos y agricultores, desarrollando también la artesanía. Los navajo son famosos por sus tejidos y orfebrería. La tribu prosperó y creció y hoy día es una de las más numerosas de Norteamérica, aunque no todos pueden vivir de la tierra, ya que en los años 30 ya no quedaban pastos para el ganado y el gobierno federal ordenó su reducción, lo que fue una tragedia para los navajo.

vivienda tipica navajo,llamada"hogan"
Las ceremonias de los navajo, como las de los apaches se celebran cuando son necesarias para recuperar la salud y asegurar la bendición y existencia. En el universo de los navajo había dos tipos de seres: los de la tierra (humanos), y los sagrados (seres sobrenaturales, sagrados, poderosos y misteriosos).
Creían que el universo funcionaba en virtud de ciertas reglas que todos debían respetar. Si las observaban estarían seguros en un mundo armonioso, cuando estas reglas se rompían se originaban las enfermedades o el daño, y se celebraban las ceremonias para pedir a los seres sagrados que restituyeran el equilibrio.
artesana navajo
Dentro de estas complicadas ceremonias se hacían pinturas y se recitaban oraciones. Existían más de 800 formas de pinturas de arena, relacionada cada una de ellas con un canto y ceremonia determinada. Se dibujaban dentro de los hogans, centro de la vida familiar.

mujer navajo haciendo harina
de maiz de la forma tradicional,
con dos piedras.
Los seres sagrados principales eran los "yei", representados generalmente rodeados de un arcoiris. Los yei aparecían entre la gente al octavo día del Cántico llamado Camino de la noche (yeibichai), como instrucción para los niños en los misterios del mundo de los espíritus. Al final de la representación se quitaban las máscaras como señal de la conexión del mundo humano y espiritual.
La leyenda del navajo nos cuenta que tuvieron que pasar por tres mundos antes de emerger en el actual, y los espíritus pusieron cuatro montañas sagradas para definir el territorio navajo. Después el "hombre primero" creó el mundo. Asimismo, la "mujer Araña" enseñó a las mujeres a tejer como modo de vida, y todas las representaciones artísticas de este pueblo tienen un fondo metafísico.
indios navajo,Nuevo Mexico
Así, en una cesta típica ritual el fondo redondo simboliza el mundo actual (4º mundo), el área circundante representa la tierra, seguidamente las cuatro montañas sagradas y el cielo, con las nubes y la oscuridad. Los diseños triangulares externos, representan a los espíritus y el borde superior de la cesta, la relación con el mundo.

martes, 23 de agosto de 2011

El árbol, la cascada ,el oso pardo... cada uno de ellos encarna la fuerza.... y como tal es objeto de reverencia.
Ohiyesa, Sioux Santi

viernes, 5 de agosto de 2011

Cuando más inteligente es un hombre, más necesita que Dios lo proteja de creer que lo sabe todo.
George Webb, Pima
 
Nos movemos hacia adelante y nos transformamos en aquello en lo que pensamos. ¿No es hora de que nos detengamos a pensar en que pensamos?
Donm Coyhis, Mohicano
 
Mi tío siempre me decía:
"Debes seguir el ejemplo del lobo. Aún cuando, tomado por sorpresa, corre para salvar su vida, hará una pausa para mirarte una vez más antes de emprender su retirada final. Por eso, siempre debes echar una segunda mirada a todo lo que ves."
Ohiyesa, Santee Siux
Los ancestros dijeron:
"Ten paciencia, muchacho. Mira a tu alrededor. Comprende quien eres, de dónde vienes y por qué y adónde vas. Comprende que el tiempo está de tu lado y que el hecho de que alguien haya inventado un reloj no te obliga a apresurarte en la vida. Si comprendes eso, sabrás cómo usar el tiempo. Por lo tanto la vida ya no es un problema. Hoy ya no es un problema. Nada es un problema, porque tú comprendes que el tiempo no existe."
Russel Means, Lakota

jueves, 4 de agosto de 2011

MONUMENTO A CABALLO LOCO (TASHUNKE-WITKO)

El conocido como Memorial de Caballo Loco se encuentra en una montaña de las Black Hills, también en Dakota del Sur, sirviendo de monumento en recuerdo del bravo guerrero de los Oglala Lakota llamado Thašųka Witko, Caballo Loco. Dado que el monumento del Monte Rushmore ha motivado grandes polémicas entre los nativos americanos, sobre todo porque se asienta en terrenos que los Lakota mantuvieron como propios hasta la Guerra de las Black Hills a finales del siglo XIX, diversos representantes de varias tribus de la región decidieron levantar un monumento en honor a uno de sus más conocidos guerreros que sirviera a la vez de lugar para la reivindicación de su cultura y de recuerdo histórico, además de emplazamiento turístico. La idea tampoco ha estado libre de problemas entre los propios nativos americanos, a fin de cuentas aunque el territorio, en teoría, había sido cedido a los Lakota como espacio sagrado en virtud del Tratado de Fort Laramie de 1868, perteneció anteriormente a los Cheyenne a quienes los Lakota desplazaron forzosamente.
Esta contrapartida al Monte Rushmore puede llegar a convertirse algún día en la montaña esculpida más grande del planeta. Se supone que, si se logran los fondos necesarios y las obras no se detienen, dentro de mucho tiempo la montaña tendrá la forma del guerrero mencionado montado sobre un caballo al galope. De momento, lo que se ha llevado a cabo, esto es, la cabeza del guerrero, no es más que una pequeña parte del monumento pensado, que tendrá, de ser llevado a cabo, 170 metros de altura y 195 metros de longitud. La cabeza de Caballo Loco que puede contemplarse en la actualidad es muy grande en comparación con las del Monte Rushmore, pues cuenta con 27 metros de altura.
Hoy, día 3 de Junio, se cumplen precisamente los sesenta años del comienzo de la construcción de esta monumental escultura en la roca de las Black Hills. Nadie sabe si se terminará alguna vez, pero para hacernos una idea de cómo podría llegar a ser, véase la siguiente fotografía en la que en primer término aparece un modelo a escala del conjunto final y, al fondo, se observa el estado actual de la montaña.
En el momento de su muerte, Caballo Loco debía de tener 34 o 35 años. Nadie lo fotografió ni se dejó hacer retratos. La única manera de adivinar su aspecto era a través de cinco guerreros indios, muy ancianos, que lucharon a su flanco en Little Big Horn y que aún vivían. 

Korczak escuchó hechizado la historia, y pidió algo de tiempo. Se alistó como voluntario durante la Segunda Guerra Mundial. Nada más volver a Norteamérica sintió la llamada de Caballo Loco y supo que ese sería el proyecto de su vida. Korczak rumiaba ya la idea de hacer algo distinto a los bustos egregios del Monte Rushmore, algo imponente y desafiante, que superara en altura al famoso monolito de Washington. El escultor hizo un boceto que llegó al alma a los sioux: Caballo Loco, a lomos de su corcel y apuntando con el brazo izquierdo «a las tierras donde yacen» sus muertos. El primer año lo dedica Korczak a colonizar su montaña con el mismo espíritu de los buscadores de oro del lejano Oeste. Su casa será una pequeña tienda de campaña, y día tras día trabaja infatigable en la construcción de una escalera de madera de 741 peldaños para llegar a la cima. En mayo del 48 llega por fin la primera explosión, que hace saltar por los aires 10 toneladas de granito. Por aquel entonces se une a la tarea titánica su mujer, Ruth, y juntos deciden echar raíces a los pies de Caballo Loco. Despacio, aunque seguro, Korczak va ganándole la batalla a la montaña a golpe de dinamita. Subsiste a base de donaciones y rechaza una millonaria subvención del Estado, porque no quiere que los federales se apropien de su proyecto y traicionen la causa india. Muchos lo tachan entonces de loco y lo comparan con el capitán Achab, a la caza de la ballena blanca. Pero el escultor, que va adquiriendo un aspecto de genio alucinado, persiste en su labor y embarca en la aventura a sus hijos, 10 en total. «Si empezáis algo en vuestras vida, haced lo posible por acabarlo», es el lema que les inyecta en la sangre. En vez de apagar velas, los niños celebran sus cumpleaños con detonaciones. De todos los hijos, hay uno que sale especialmente díscolo, Casimir. A los 16 años, sentado en el borde de lo que será algún día el dedo de Caballo Loco (entonces había que echarle muchísima imaginación), Casimir proclama: «¡Esto es una locura!», y decide dejar atrás el delirio de piedra de su padre. Al cabo de los años vuelve, y siente el mismo y misterioso tam-tam de las Colinas Negras, y su destreza con los explosivos lo convertirán en digno sucesor de Korczak, herido ya de muerte por su amor a la montaña: decenas de huesos rotos, cuatro operaciones de espalda, artritis crónica, dos ataques al corazón... Antes de morir, en 1982, aún tiene energías para ayudar a sus hijos a dibujar sobre la roca la silueta del caballo. Su mujer, Ruth, recoge en mano el testigo y se compromete a seguir sus designios: «Nunca olvides tus sueños».