domingo, 17 de julio de 2011

LOS COMANCHES

El nombre de comanche viene del español "camino ancho". Alrededor del siglo XV esta tribu emigró desde las Montañas Rocosas hasta el sur de las grandes praderas. Aquí ahuyentaron a los apaches y dominaron un área extensa a fines del s XVIII y principios del XIX.
Al contrario que los pies negros, tras llegar a las praderas continuaron manteniendo una buena relación con los shoshoni. Los comanches eran los jinetes más hábiles de la región. Consiguieron sus primeros caballos en sus invasiones a los españoles y luego se dedicaron a criarlos. Extendieron sus saqueos hasta el Sur de Méjico y consiguieron que los colonizadores blancos permaneciesen fuera de sus territorios durante más de un siglo.
En 1834 la hostilidad entre los colonos y los comanches era patente. En 1867 se firmó el tratado de Medicine Lodge entre los blancos y los jefes de distintas tribus de las praderas, entre ellos Diez Osos (jefe comanche), pero los problemas continuaron. En 1870 los nuevos líderes, recurrieron a la negociación. Finalmente hicieron las paces con el gobierno de E.E.U.U. en 1875 
En 1800 había probablemente sobre 30.000 comanches pero las epidemias redujeron su número a menos de 10.000. Vivían en tipis y se organizaban en bandas patrilineales que subsistían de la caza del bisonte. Se caracterizaban por sus sombreros en invierno, así como por sus impresionantes tocados de guerra, con una cabeza de bisonte que incluía sus cuernos. También destacaba el hecho de que tanto hombres como mujeres practicasen los tatuajes.
La religión comanche acentuó las experiencias visionarias de las tribus de las praderas. Los espíritus animales favorecían a los individuos particulares. Como en otros indios de la zona, el mundo animal estaba estrechamente ligado al humano.
Eran especialistas en el ataque a caravanas y decoraban sus lanzas con el cuero cabelludo de sus víctimas. Pasaron de ser un grupo heterogéneo de cazadores y recolectores a convertirse en grandes guerreros y los primeros en conseguir domar los caballos mustang. En menos de una generación, los comanches se convirtieron en los mejores caballistas. Y durante más de 150 años, los que se asentaban en la zona suroeste de EE.UU. sembraron el terror entre las tribus de las llanuras, los aldeanos mexicanos y los habitantes fronterizos. Fueron, además, los más efectivos a la hora de perseguir enormes manadas de búfalos a lo largo del centro del país. 

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